Pamela A.
«Luego de años de terapia psicológica y psiquiátrica, toqué fondo y terminé hospitalizada. Ingresé a DBT por recomendación de la psiquiatra que me atendió en el hospital, sin saber de qué se trataba o si iba a significar realmente una ayuda, ya que después de tanto tiempo no veía otra salida a mi situación que no fuese el terminar con todo.
En DBT me entregaron las herramientas para sobrellevar de mejor manera la vida, me enseñaron a regular mis emociones, a enfrentar mis crisis, entender qué me pasaba y que no era la única, había más gente que sentía y pensaba como yo.
Mi psicóloga, Stefanie Harbst, me acompañó durante todo el proceso, aprendimos juntas, me dio la contención que necesitaba, y lo sigue haciendo. Sé que puedo contar con ella cuando necesito ayuda o tengo algo que contarle y me escuchará sin juzgarme. Además, es una persona muy cercana y que genera mucha confianza. Agradezco a la vida que tuve la suerte que me haya tocado ella como psicóloga tratante.
Recomiendo mucho esta terapia, ya que se aprenden habilidades para poder vivir el día a día y superar situaciones que nos desregulan emocionalmente, pero, para que realmente sirva, hay que comprometerse en un 100%, realizar las tareas, poner en práctica lo aprendido, y estar dispuesto a generar un cambio».