Mindfulness

Mindfulness

Mindfulness, también llamado atención plena, significa prestar atención a cada momento y experiencia de una forma consciente, con interés, curiosidad y aceptación. Existen 3 estados mentales desde esta perspectiva; la mente racional, la mente emocional y la mente sabia.
La mente racional, se basa en la norma, el “deber ser”, lo lógico, desconociendo las emociones y la información que proveen.
La mente emocional implica que las emociones toman el control, uno “se vuelve la emoción” impulsiva, sin análisis racional de contexto.
La mente sabia, es el balance entre ambas. Es el Camino del Medio. Implica reconocer la emoción y analizar lógicamente cada situación. Es un estado difícil de alcanzar y aún más difícil de mantener, sobre todo en situaciones complejas. La clave es la práctica constante, consciente y en la mayor cantidad de contextos posibles.

El Mindfulness como práctica no es para relajarse, como a veces se piensa, sino para darse cuenta de las emociones, de los estados personales y tener la posibilidad de decidir sobre nuestras acciones.

Mindfulness de las emociones

Nuestras emociones, tales como la rabia, la pena y la angustia, nos permiten tomar conocimiento de lo que percibimos, ya sea de nuestro entorno y/ o de aquello que nos pasa internamente. Así cómo el miedo no permite ponernos en alerta para poder afrontar algún peligro, la ira puede llegar a consumirnos y agotar nuestras energías. Por consiguiente, el sobre identificarnos con nuestras emociones puede llevarnos a formar un torbellino, que podría perdernos en nosotros mismos en un intento de actuar aquello con lo que nos identificamos o rechazando lo que no queremos sentir. Si practicamos la aceptación podremos ser capaces de transitar de una emoción a otra, sin juicio, con una mirada compasiva, lejos de los supuestos y entregarnos a la experiencia de vivir el momento presente.

Si bien no tenemos la capacidad de recordar todas nuestras experiencias, ni de ser conscientes de todas nuestras emociones, sí podemos ser conscientes de sus expresiones, tanto físicas como mentales, de las sensaciones que las acompañan y del origen de cada una de ellas; desde donde emergen. Por tanto, podemos ejercitar el prestar atención plena al momento de sentirlas, de simplemente describirlas y observarlas, y darnos cuenta de que no somos nuestras emociones, si no la relación que establecemos con ellas y cómo las actuamos. Si logramos verlas desde los lentes de la amabilidad, confiando en nuestras capacidades de aceptación y siendo cuidadosos y atentos con nosotros mismos, podremos ser capaces de auto regularnos; a través de nuestra respiración consciente y comprendiendo que las emociones pasan, ya que su naturaleza es transitoria. Si logramos aceptar el cambio y la transitoriedad de nuestras emociones dejamos de apegarnos a ellas y logramos liberarnos de éstas.

En conclusión, el Mindfulness de las emociones es aprender a observar, comprender y aceptar la emoción del momento presente con ojos abiertos y amables, para poder actuar acorde a lo que sentimos y con mente sabia, sin sucumbir a la impulsividad.

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